miércoles, 5 de noviembre de 2008

Paciente 025

¿Qué es la realidad?
A mi parecer la anterior es una cuestión muy interesante, lo real podría decirse que es aquello que podemos apreciar con nuestros sentidos, sin embargo, ¿qué sucede cuando existe algo que sólo tú ves? Te vuelves loco a los ojos de la sociedad; pero para ti eso que los demás no ven es tan tangible, tan perceptible, tan aromático, tan ruidoso que es imposible pensar que sea una ilusión.

Los invito a leer la siguiente historia:

Paciente 025

Bartolomé y Juana eran una pareja feliz y enamorada, de esas que ya casi no se ven, él le pidió matrimonio a ella, ella encantada aceptó, se habían conocido en la fiesta de un amigo mutuo y el flechazo había sido instantáneo. Él era el segundo hijo de uno de los comerciantes más prominentes de la ciudad y provenía de una familia de abolengo. Ella era huérfana, salida hacía dos años del orfanato y trabajaba en una vieja parroquia.

Como es lógico, esta diferencia de clases sociales les trajo problemas, cuando Bartolomé les hablo a sus padres de ella, estuvieron algo renuentes a apoyar la relación pero se mostraron tolerantes, esto hasta el día que la llevo a conocerlos ¡Todo salio mal! Tacharon a Bartolomé de loco por querer casarse con Juana y el pobre tuvo que abandonar su casa y renunciar a su herencia para poder estar con su amada.

El joven rento un pequeño departamento en el mismo edificio donde Juana vivía, pero lejos del departamento de ésta, porque ella era una chica decente.

Se casaron en la vieja parroquia donde ella trabajaba, sin más invitado que el padre que los consagro al matrimonio. El tiempo paso, cómo siempre, Juana y Bartolomé tuvieron dos hermosos hijos. Bartolomé intento por largo tiempo reconciliarse con sus padres, pero estos se negaban a verlo, sus hermanos no lo bajaban de loco y lo veían con pena, esto le causaba un gran dolor y la pobre de Juana se sentía culpable de la desdicha de su esposo, pero él le decía que estar con ella y sus hijos compensaba y sanaba ese dolor.

Con sus altas y bajas vivían felices. Por lo menos hasta ese día, ese día en que despertó.

Al abrir los ojos se encontró con un cuarto completamente blanco y en extremo iluminado.

—Ya despertó —dijo una voz grave.
Intentó ver quien hablaba pero la luz le segaba.
— ¿Dónde estoy? —preguntó.
—Estás de nuevo en la realidad —respondió una voz aguda y seca.
— ¿Dónde están mis hijos?
—Tú no tienes hijos —le respondió la voz grave.

Cuando sus ojos lograron adaptarse a la luz logro ver a unos cinco hombres, todos llevaban puestas unas batas blancas, algunos tomaban notas rápidamente en pequeños cuadernillos mientras observaban.

—Al parecer el efecto del nuevo medicamento no es el deseado —dijo uno de los hombres con bata —, saco a 025 de sus alucinaciones, pero sigue pensando que era real lo que veía.

—Es una decepción —dijo un anciano de voz grave— pero a su vez un gran avance, 025 se encuentra de nuevo en la realidad y si pasa el periodo de observación sin presentar alucinaciones el procedimiento habrá tenido éxito.

— ¿Quiénes son ustedes?, ¿Qué hago aquí?, ¿Qué es este lugar?, ¿Dónde están mis hijos?, ¿Dónde está mi esposo?, ¡Déjenme ir!

—Tú no tienes hijos, no tienes esposo —respondió el anciano de voz grave—. Estás en el hospital psiquiátrico San Valentín, estás aquí desde los seis años, a esa edad te sacamos del orfanato por que tenias graves alucinaciones.

— ¡No!, está mintiendo.
— Han pasado dieciséis años desde la última vez que tuviste contacto con el mundo real —dijo el anciano.
— Mejor ponle un sedante —dijo el de la voz aguda—. No previmos el hecho de que tal vez no aceptase la realidad, tendremos que pensar en cómo resolver ese inconveniente.

Juana se quedo dormida, sin poder soñar, sin la posibilidad de volver a ver a su amado Bartolomé y a sus pequeños hijos, sintiéndose realmente infeliz.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

En el espacio en el que estamos, la realidad serìa lo que la mayorìa dice que es.

Es una idea espantosa, contra la que luchamos con literatura como la tuya, entre otras formas.

José Leonardo Riera Bravo dijo...

Está bueno, lo veo más como una crónica que un cuento. No obstante, la capacidad narrativa en este escrito se muestra magistralmente. Felicitaciones. Sigue Así.

Cromagnon dijo...

f.guerra: Buena definición de realidad, algo así era lo que yo quería establecer, gracias por la visita.

Sr. De las letras: Ni yo estoy seguro de que sea exactamente el texto, jeje, muchas gracias por el comentario.

Anónimo dijo...

no manches neta que yo tmb aveces me he puesto a pensar..
"y si solo es mi imaginacion
que tal si todo lo que pasa a mi alrededor la gente, lugares, circunstancias solo lo a creado mi mente

da miedo
pero si esto fuera cierto
que todo lo creamos nosotros
pues hay que aprovechar no
digo hacer que nuestra mente forme nuestro mundo a nuestro antojo
estaria chido tener un buen control mental

yo lei el libro del el secreto y mas o menos eso es lo qe plantea usar la mente para todo

esta padre tu relato

eres el hermano de anita
por ella me encontre con tu blog
y esta padre
n_n

atthoO: αlmα*