lunes, 12 de abril de 2010

inercia.

*Omiti las escenas gore por que no estoy muy seguro de las politicas de mi amigo pedro respecto a eso, ademas luego parezco psicopata, (lo cual no soy, ¿o si?)...

Inercia.

Estaba parado en un callejón que quedaba justo en frente de la pequeña oficina donde se encontraba mi próxima víctima, sonreí un poco pensando en lo que estaba a punto de hacer ―en realidad la paciencia nunca fue una de mis virtudes― sin embargo miraba atento cualquier detalle o movimiento extraño de aquella calle, saque mi mochila y revise todo lo que había dentro, lo hacía de una manera meramente rutinaria, siempre he sido muy cuidadoso y no podía quebrantar ninguna de mis reglas, era vital respetarlas si quería seguir jugando este juego.

Pasaron unos cuantos minutos y por fin la hora esperada llego, un hombre de aspecto apurado iba saliendo de aquel lugar que vigilaba, a decir verdad el no me conocía, esa era la regla número uno, que tu víctima no te conociera ni tener ninguna relación con ella, ayudaba mucho a que no estuviera alerta, y claro, también ayudaba para que ninguna línea de investigación llegara a ti, pero que él no me conociera no quería decir que yo no lo conociera a él, esa era mi segunda regla, tenía que haber un trabajo de investigación exhaustivo, así que yo, por ejemplo, sabia que lugares frecuentaba, con quienes andaba y a qué hora, a que se dedicaba, si tenía familia, y algunas veces, si en realidad creía que lo merecía, dejaba que mi victima me conociese minutos antes de darle muerte.

No me gusta pensar que sólo mato a los que se lo merecen, siendo honesto dudo mucho que alguien tenga meritos suficientes para seguir viviendo, pero siempre elegí personas que desde mi modo de ver la vida, eran especialmente merecedores de morir, después de todo tampoco tendrían cualquier muerte, sino, que yo personalmente haría el trabajo sucio, y eso creo yo, ya es un honor, simple y llana justicia.
Dudo de si la persona salió caminando apresuradamente por que presentía algo o si sólo era que su conciencia no lo dejaba estar tranquilo, pero su destino estaba marcado, si mi información no fallaba, estaba a punto de venir directo hacia mí, rápidamente saque una franela que tenía preparada para eso y con el cobijo de la noche, en el momento que paso junto a mí, la puse en su boca y nariz, mientras, lo tome firmemente hasta que se desvaneció, me vi tentado a segar su vida ahí mismo pero mis reglas no deben de ser rotas nunca, así que lo cargue al hombro y discretamente lo puse en la cajuela del coche que prepare para ello, segundos después como yo lo había previsto, un automóvil llego al final del callejón y espero a su pasajero, escondido entre las sombras ya con la mitad de trabajo realizado, me aleje mirando aquel taxi, seguro de que su pasajero jamás llegaría…

Cuando despertó estaba atado de pies y manos a una silla, una cinta industrial de esas grises tapaban su boca pues me molestaba de sobremanera que me molestaran mientras hacia mi trabajo, sin embargo esta vez no le tape los ojos, el era una de mis victimas especiales, sus ojos estaban como platos e inmediatamente el miedo recorrió su cuerpo desde los pies hasta la raíz de su poco cabello cano, lo disfrute enormemente, sin embargo me limite a mirarlo, no hizo falta más que mostrarle la fotografía de una mujer brutalmente golpeada que reconoció en seguida, y supo de inmediato que iba a morir, saque un cuchillo y lentamente me acerque, el final estaba por llegar…

Días después vi en los diarios que un cuerpo había aparecido, el hombre al parecer de 45 años de edad, se encontró en un panteón sobre la tumba de su esposa con dos cortes en la cara que lo hacían lucir una enorme pero macabra sonrisa, el era un importante empresario, sobre el cual se sospechaba que había mandado matar a su esposa, pero según se decía, su dinero había entorpecido las investigaciones, sin embargo no había indicios ni pistas que revelaran la identidad del homicida, la principal línea de investigación era la venganza pero no había aun sospechosos…
Hurgue entre mis pertenencias y saque un cigarrillo mire el estante que tenía celosamente guardado en mi sótano, ahí se encontraba dentro de una bolsa plástica un cabello plateado de aquel señor, prendí el cigarrillo y mientras estudiaba a mi siguiente víctima no pude evitar sonreír, justo cuando exhalaba el humo pensé en por qué hacía yo aquello, ¿justicia?, A quien engaño – inhale un poco mas de mi cigarrillo, – Mato y muero por inercia – pensé –.

3 comentarios:

lex dijo...

no manches ta chida ja alprincipio me parecio mucho a una plicula k vi bueno ala de tranportador jaja por lo de las reglas y eso luego me parecio ala de batman por lo de las sonrisas hechas en la cara jaja pero tuvo chida jaja

Anibal dijo...

que bueno que te gusto lex y bueno la verdad lo de la sonrisa si me lo fusile de lo de batman jajaj pero es que no le pude poner lo que en mi mente enferma me habia imaginado jajaj tu sabes sangre y asi XD

tu opinios es muy importante!! y ojala puedas decirme que te gusto y que no, para poder mejorar, pronto nuevos post de todos colores y sabores.

Cromagnon dijo...

Me recuerda a la serie de Dexter, no sé si la hayas visto we,un buen.

Algunos detalles de otrografía y redación.

Chingona la frase final:Mato y muero por inercia.