Despúes de unas merecidas vacaciones, bastante largas, este blog vuelve a tener actividad.
Y comienzo con un pequeño texto (surgido en metatextos), lo titulo:
¿Y qué hace un hombre?
Y aquí estoy, en el centro de todo este embrollo, con la frente empapada de sudor y con mi libre albedrío temporalmente colapsado. Y digo, siempre he sido un hombre fuerte pero cualquiera en mi situación se habría derrumbado.
Mi orden es clara, asesinar a todos los que caigan en mi poder, y acate ésta desde que la recibí, extinguiendo la vida de los enemigos que eran apresados por mis hombres. Algunas veces recibí peticiones de clemencia, de indulto, pero las ignoré y lleve acabo mis órdenes.
Ayer cuando mi subalterno me trajo la noticia de que habían capturado a varios rebeldes, entre ellos uno de los líderes, un tal cura Morelos, me entusiasmé, mis superiores me recompensarían, y seria yo el que diera la orden al pelotón.
Grande fue mi sorpresa cuando vi a mi hijo al lado de ese cura y atado junto a los rebeldes. Lo primero que pensé fue que se dirigía hacia el campamento a verme y los imbéciles de mis hombres lo confundieron con un rebelde. Me gire hacia mi subalterno y lo abofeteé, le exigí una explicación.
Mi subalterno me contó ante todos, que mi hijo estaba con los rebeldes y que había asesinado a tres hombres en su intento por evitar que capturaran a Morelos. Mis hombres pedían su cabeza; la deshonra cayo sobre mí.
Y aquí estoy yo, aun lado del pelotón, en el centro de todo este embrollo, sin poder tomar una decisión, y es que qué hace un hombre en esta posición.
¿Qué hace? Supongo que un hombre en esta posición podría tener más hijos.
¡Fuego!
4 comentarios:
Me ha gustado el relato. Es el primero de este blog que leo... creo que voy a regresar por acá con frecuencia.
¡Saludos!
Txemita: Gracias.
Javier Ortiz: Me alegra que te haya gustado y aquí te esperamos.
este texto lo lei en Metatextos y la verdad me gusto mucho. Un gusto conocer tu blog, estare visitando.
Saludotes!
Eugenio Abraham: Gracias por la visita y por el comentario, que chido que el texto te haya gustado.
Publicar un comentario